El granmense Yoelqui Céspedes, un nombre que en su momento generó grandes expectativas en el béisbol profesional, sigue luchando por mantener vivo el sueño de brillar en los diamantes. Después de su sorpresivo despido por los Medias Blancas de Chicago el 30 de marzo de 2024, el jardinero cubano enfrenta nuevos retos en su carrera, pero también muestra una determinación inquebrantable.
Cuando firmó en enero de 2021 como agente libre internacional por $2.05 millones, se le veía como una promesa destinada a brillar en las Grandes Ligas. Con un historial en las Ligas Menores que incluía una línea ofensiva de .253/.331/.410/.741 y 109 extrabases (70 dobles, 4 triples y 35 jonrones) en tres temporadas, además de una participación destacada en el Juego de las Futuras Estrellas de 2021, Céspedes parecía estar en el camino correcto. Sin embargo, su ascenso se detuvo, en parte, debido a problemas de consistencia en el plato, reflejados en 379 ponches en 1168 turnos legales.
Céspedes cuesta abajo
Tras su salida de los White Sox, Céspedes intentó mantenerse activo en la escena del béisbol uniéndose a equipos de ligas independientes. Primero firmó con Fargo-Moorhead RedHawks de la American Association, donde su desempeño fue desafortunado, bateando de 11-0 con seis ponches en solo tres juegos antes de ser liberado. Más tarde, con Long Island Ducks en la Atlantic League, logró algo más de estabilidad al registrar un promedio de .232 en 95 turnos al bate, conectando 22 hits, incluyendo dos dobles y un jonrón, con 10 carreras impulsadas en 22 encuentros.
A pesar de estos desafíos, Céspedes no se ha rendido. Consciente de que a sus 27 años aún puede tener oportunidades, ha comenzado a explorar nuevas avenidas. Una de ellas es su reciente incorporación a la Federación de Jugadores Profesionales Cubanos (FEPCUBE), una plataforma que permite a peloteros ser observados por scouts de Grandes Ligas y ligas invernales, brindando una oportunidad crucial para mostrar su talento y redirigir su carrera.
Céspedes mantiene viva la esperanza de regresar a niveles más competitivos, demostrando una mentalidad resiliente. “Todavía me queda mucho béisbol por jugar”, asegura el jugador, enfocado en no dejar que las adversidades definan su carrera. Su historia es un recordatorio de que el camino hacia el éxito en el béisbol profesional no siempre es lineal y que la perseverancia es tan importante como el talento.
Por ahora, el tiempo dirá si su empeño rinde frutos, pero una cosa es segura: Yoelqui Céspedes no ha tirado la toalla, y su lucha por volver a destacar en el béisbol continúa inspirando.