Las autoridades estadounidenses han confirmado este jueves que no hay supervivientes en el accidente aéreo que tuvo lugar el miércoles por la noche en Washington D.C., cuando un avión con 64 personas a bordo y un helicóptero militar con tres, chocaron en el aire.
El avión se disponía a aterrizar en el aeropuerto Ronald Reagan.
Más de 300 efectivos de emergencias han trabajado durante toda la noche en las gélidas aguas del río Potomac, que bordea el aeropuerto y dónde cayeron los dos aparatos.
Hasta el momento, según el jefe de emergencias de la ciudad, han recuperado 28 cadáveres. Un helicóptero militar Sikorsky UH-60 Black Hawk colisionó en pleno vuelo con un avión de American Airlines el miércoles por la noche en el Aeropuerto Nacional Reagan de Arlington, Virginia. El incidente, que dejó un saldo trágico de numerosas víctimas, ha generado conmoción en el país y ha impulsado una serie de investigaciones oficiales.
Reacción del Gobierno
El presidente Donald Trump anunció en una conferencia de prensa que no hubo supervivientes. “Nos aseguraremos de que nada como esto vuelva a suceder”, declaró, comprometiéndose a mejorar los estándares de seguridad en la aviación. Asimismo, anunció el nombramiento de Chris Rocheleau como comisionado interino de la Administración Federal de Aviación (FAA), una decisión que busca reforzar la confianza en el transporte aéreo estadounidense.
Miembros clave de su gabinete, incluidos Sean Duffy, secretario de Transporte, y Pete Hegseth, secretario de Defensa, prometieron investigaciones exhaustivas para esclarecer las causas del siniestro y determinar responsabilidades.
Impacto en el Aeropuerto Nacional Reagan
A pesar de la magnitud del accidente, el aeropuerto reanudó sus operaciones a las 11 a.m. del jueves, aunque con retrasos y cancelaciones. El primer vuelo en despegar fue operado por Delta Airlines con destino a Minneapolis.
Identificación de las víctimas
Entre las víctimas se encontraban los entrenadores de patinaje artístico rusos Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, excampeones mundiales de la disciplina. Viajaban con un grupo de jóvenes patinadores que participaban en una competencia. Según reportes, al menos 13 patinadores, muchos de ellos hijos de emigrantes rusos en EE.UU., estaban a bordo.
Testimonios y últimos mensajes
El accidente ha dejado historias desgarradoras, como la de Hamaad Raza, esposo de una pasajera del vuelo. Según su testimonio, recibió un mensaje de texto de su esposa minutos antes del impacto, en el que le indicaba que aterrizarían en 20 minutos. “Cuando respondí, mi mensaje no pudo entregarse. Fue entonces cuando supe que algo estaba mal”, relató a los medios.
Características del helicóptero Black Hawk
El Sikorsky UH-60 Black Hawk, helicóptero involucrado en la colisión, es una aeronave de transporte táctico utilizada por el ejército de EE.UU. desde 1979. Aunque el Pentágono lo considera altamente fiable, el modelo está en proceso de actualización para prolongar su operación hasta 2070 con mejoras tecnológicas.
Espacio aéreo congestionado
La colisión ocurrió en una zona de intenso tráfico aéreo, debido a la proximidad del Pentágono y la Casa Blanca. En 2023, el Aeropuerto Nacional Reagan registró unas 310.280 operaciones aéreas, lo que equivale a un promedio de 850 vuelos diarios. Las regulaciones de vuelo en la zona incluyen restricciones estrictas (FRZ y SFRA) que limitan el tránsito aéreo.
Investigaciones en curso
Las agencias gubernamentales han iniciado investigaciones para esclarecer las causas del accidente. La FAA y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) analizan los datos de vuelo y las comunicaciones previas al impacto.
La tragedia ha puesto en el centro del debate la seguridad del espacio aéreo en zonas de alto tráfico y la necesidad de reforzar las medidas de control para evitar futuros accidentes.
El vuelo 5342 de American Airlines, un Bombardier CRJ-701 de fabricación canadiense con capacidad para 70 pasajeros, descendía a una altitud de aproximadamente 121 metros (400 pies) y una velocidad de 225 kilómetros por hora (140 millas por hora) cuando se detectó una pérdida abrupta de altitud sobre el río Potomac. Datos del transpondedor del avión revelan que la aeronave ajustó su trayectoria tras recibir la autorización de aterrizaje en la pista 33, una de las más cortas del aeropuerto.
Según fuentes de control aéreo, minutos antes del impacto los pilotos del jet comercial confirmaron su capacidad de aterrizar en dicha pista tras la consulta de los controladores de tráfico aéreo. Sin embargo, la investigación preliminar sugiere que el cambio de ruta pudo haber jugado un papel en la colisión, dado el tráfico aéreo intenso en la zona, considerada una de las más vigiladas del mundo por su proximidad a la Casa Blanca y el Capitolio.
Las agencias de seguridad aérea han iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos. Se prevé que expertos de la FAA y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) analicen las comunicaciones entre los pilotos y los controladores aéreos, así como los registros de vuelo de ambas aeronaves. Mientras tanto, las labores de rescate continúan en el área afectada, con la esperanza de encontrar sobrevivientes y recuperar evidencias cruciales para el análisis del incidente.
Se espera que en las próximas horas las autoridades ofrezcan una actualización oficial sobre el estado de la investigación y posibles responsabilidades en este trágico accidente.