La detención de Álvaro Fernando Medina Melo, un cubano de 38 años residente en Florida, genera preocupación en la comunidad migrante. Medina fue arrestado por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras asistir a su cuarta cita rutinaria en las oficinas de Miramar, en el condado de Broward.
Medina, quien reside en Estados Unidos bajo libertad supervisada con el formulario I-220A, ahora enfrenta un proceso de deportación que pone en riesgo la estabilidad de su familia. Su esposa, Glenny Stack, solicitó la intervención de las autoridades para evitar su repatriación a Cuba, destacando que su hija, diagnosticada con autismo severo, depende de él económica y emocionalmente.
El principal obstáculo en su caso es una orden de deportación previa, emitida tras su primer intento fallido de entrada a Estados Unidos en 2019. Aunque en su segundo intento logró permanecer en el país bajo el estatus I-220A y ha cumplido con sus obligaciones migratorias, ICE tomó la decisión de detenerlo. Actualmente, su familia y simpatizantes están reuniendo firmas para solicitar su liberación y evitar su traslado a una prisión en Guantánamo o su retorno a Cuba.
La situación de Medina ha provocado inquietud entre otros cubanos con el mismo estatus migratorio, quienes hasta ahora consideraban que las deportaciones eran poco probables. Expertos en inmigración advierten que las autoridades están revisando estos casos con mayor detenimiento, lo que podría derivar en más detenciones similares.
Los cubanos con I-220A deben fortalecer sus casos de asilo y prepararse para posibles litigios en cortes federales. Según Allen, la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, sigue siendo la mejor vía para que los cubanos en EE.UU. regularicen su estatus.
El formulario I-220A permite la libertad supervisada mientras se resuelve la situación migratoria de su portador, pero no es considerado una admisión oficial, lo que genera incertidumbre para aquellos que buscan acogerse a la Ley de Ajuste Cubano. Quienes estén bajo este estatus deben mantenerse al día con sus citas migratorias y buscar asesoría legal para fortalecer su permanencia en el país.
El caso de Medina refleja la creciente preocupación entre los migrantes cubanos y sus familias, quienes esperan que las autoridades reconsideren su situación y permitan su permanencia en Estados Unidos.