Con el machete en la mano… Donald Trump, en su segundo mandato, prometió reducir el aparato estatal, eliminando agencias redundantes y reestructurando oficinas consideradas instrumentalizadas. Sin embargo, enfrenta un problema fundamental: la falta de claridad sobre el número exacto de agencias que conforman el Estado federal de los Estados Unidos.
El Laberinto de las Agencias Federales
Existen organismos ampliamente reconocidos por el público, como la CIA, el FBI y FEMA, pero otras agencias son virtualmente desconocidas incluso para muchos dentro del gobierno. Por ejemplo, la Administración para Niños y Familias (ACF) y el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS) se suman a la extensa lista de entidades que, en algunos casos, ni siquiera aparecen de manera uniforme en las fuentes oficiales.
Esta incertidumbre se convierte en el centro del debate sobre el poder del Gobierno federal y la necesidad de transparencia para los contribuyentes, quienes financian un sistema cuya estructura y costos resultan desconocidos incluso para el propio Estado.
Elon Musk, designado por Trump para liderar la oficina responsable de los recortes estatales, afirmó que hay “más de 400 agencias federales”. Pero, ¿cuántas exactamente? Las estimaciones varían drásticamente.
En 2017, el experto en regulación gubernamental Clyde Wayne Crews Jr. recopiló diversas fuentes oficiales sobre el número de agencias federales, encontrando cifras que oscilaban desde las 61 del Programa Unificado de Medidas Reguladoras y Desreguladoras Federales hasta las 443 reportadas por USA.gov. La falta de una lista definitiva también implica incertidumbre sobre la cantidad de empleados federales y dificulta el control del gasto público.
La Lista Más Confiable (y la Menos Confiable)
Uno de los números más citados proviene del Registro Federal, el boletín diario del Gobierno que documenta normas, regulaciones y agencias gubernamentales. Según este registro, existen 441 agencias federales, aunque la exactitud de esta cifra es cuestionable.
Por ejemplo, la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo (IDCA), creada en 1979 y abolida en 1998, aún figura en el Registro Federal. Esto indica la existencia de entidades “fósiles” en el sistema, mantenidas en la base de datos a pesar de haber dejado de operar hace décadas.
Agencias Desaparecidas y Duplicadas
La organización Open The Books ha identificado 75 agencias en la base de datos federal que han sido cerradas, privatizadas o fusionadas con otras. Entre ellas, el Consejo de Reforma de Amtrak (cerrado en 2002) y la Comisión de Cierre y Reajuste de Bases de Defensa (inactiva desde 2005). Otras agencias tienen un estatus desconocido, sin evidencia de su existencia o actividad desde hace más de dos décadas.
Además, se han identificado casos de redundancia. Por ejemplo, la Junta de Gobernadores de Radiodifusión (BBG) cambió su nombre en 2018 a Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), pero ambas entidades figuran por separado en el Registro Federal, generando confusión y posibles ineficiencias administrativas.

Trump: El Desafío de la Transparencia
Si la Oficina del Registro Federal atendiera las recomendaciones de Open The Books, la lista oficial de agencias se reduciría a 336. Sin embargo, esta cifra seguiría siendo aproximada y reflejaría la dificultad de mantener un control preciso sobre la estructura gubernamental y todos sus gastos.
El objetivo de “borrar, borrar, borrar” agencias innecesarias es una tarea que Trump y su equipo han priorizado, pero que enfrenta obstáculos significativos debido a la opacidad y la complejidad del sistema federal. La falta de una lista definitiva y de mecanismos claros para la eliminación de entidades inactivas o redundantes plantea una pregunta fundamental: ¿puede un Gobierno reformarse a sí mismo cuando ni siquiera sabe cuánto abarca? En otras palabras: borrar lo que debe ser borrado.