El presidente Donald Trump viajó este viernes al sur de California para evaluar los daños provocados por los incendios forestales que han arrasado miles de acres, destruido más de 10.000 edificios y cobrado la vida de casi 30 personas en el área de Los Ángeles.
Antes de su llegada, Trump hizo una escala en Carolina del Norte, donde se reunió con legisladores, funcionarios y víctimas del huracán Helene. Al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX), fue recibido por el gobernador de California, Gavin Newsom.
“Primero que nada, gracias por estar aquí. Significa mucho para todos nosotros”, expresó Newsom durante el breve encuentro en la pista. “Vamos a necesitar su apoyo. Vamos a necesitar su ayuda”.
Trump agradeció el recibimiento y aseguró que su Administración impulsará la recuperación de las zonas afectadas. “Creo que veremos un progreso muy bueno”, afirmó, aunque durante el viaje reiteró sus críticas a la gestión estatal de los incendios y las políticas ambientales. “Solucionaremos [el problema] de forma permanente para que no vuelva a suceder”, enfatizó.Acompañado por la primera dama, Melania Trump, el presidente recorrió algunas de las zonas más afectadas, incluyendo el vecindario de Pacific Palisades. Más tarde, caminó por Fiske Street, donde dialogó con bomberos, oficiales de policía y residentes que perdieron sus hogares.
“No los defraudaremos”, aseguró Trump a un grupo de socorristas. Melania, por su parte, se detuvo a consolar a una mujer que había perdido su casa y la abrazó.
Durante su visita, el mandatario describió la magnitud de la destrucción como “increíble” y comparó el escenario con el impacto de una explosión. “Es como si te hubiera caído una bomba”, comentó. El presidente también contrastó su enfoque con el de administraciones anteriores. “Sólo llevo aquí tres días y haré un gran trabajo”, afirmó, sugiriendo que otros mandatarios no habrían manejado la crisis de manera efectiva.