El presidente Donald Trump, adoptó una medida radical al suspender indefinidamente las llegadas de refugiados a Estados Unidos, incluyendo aquellos a quienes se les había concedido asilo previamente. Esta decisión afecta a miles de personas en todo el mundo, según documentos oficiales y comunicaciones internas del Departamento de Estado.
El decreto presidencial establece que la suspensión de los viajes de refugiados entra en vigor a partir del 27 de enero y tendrá una duración inicial de al menos 90 días. En consecuencia, “todos los viajes de refugiados a Estados Unidos planeados previamente fueron cancelados”, según un correo electrónico del Departamento de Estado.
La medida también implica la suspensión de nuevas reservas de viaje y la tramitación de solicitudes en curso. Además, la orden instruye a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU a detener los traslados de refugiados hacia los centros de tránsito, interrumpiendo un proceso clave para la reubicación de personas en situaciones de vulnerabilidad extrema.
A pesar de la dureza de la decisión, la medida no afecta a los refugiados ya establecidos en Estados Unidos, quienes seguirán recibiendo los servicios de asistencia previstos. También se excluye de esta suspensión un programa especial de visados dirigido principalmente a afganos que trabajaron para el gobierno estadounidense antes de la caída del gobierno afgano en 2021.
En el texto del decreto, Trump justifica la medida argumentando que los niveles de inmigración en los últimos años han alcanzado cifras récord, incluso a través del Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP). Según el mandatario, este incremento ha puesto en riesgo la seguridad y los recursos nacionales.
Trump, conocido por su enfoque restrictivo en temas migratorios, ha reafirmado su compromiso con las promesas de campaña, que incluyen declarar la emergencia nacional en la frontera con México y revisar derechos fundamentales como la ciudadanía por nacimiento.
Reacciones a la decisión de Donald Trump
La decisión ha generado reacciones encontradas. Defensores de los derechos humanos y organizaciones internacionales han condenado la medida, calificándola como un ataque directo a las obligaciones internacionales de protección hacia los refugiados. Por otro lado, sectores conservadores han aplaudido el decreto, considerándolo un paso necesario para priorizar la seguridad nacional.
La suspensión del programa de refugiados es solo una de las primeras medidas de un mandato que promete mantener las políticas de línea dura en inmigración. Con esta acción, Trump envía un mensaje claro sobre las prioridades de su administración, mientras el debate sobre el equilibrio entre seguridad nacional y responsabilidad humanitaria se intensifica en el escenario global.
El mundo observará de cerca cómo evoluciona esta situación, mientras los refugiados afectados esperan una resolución que les permita reconstruir sus vidas.